Los documentos filtrados de GAESA revelan la realidad de un país donde la opulencia de unos pocos contrasta con la precariedad de la mayoría.
Los análisis reafirman la tendencia negativa de la economía cubana, que en los últimos años ha experimentado una de las más fuertes caídas de su historia.
Los estudiantes denuncian la creciente dolarización de los servicios, la falta de transparencia y el desvío de fondos.
Cuba atraviesa una de las crisis económicas más duras de su historia. Las divisiones clasistas son cada vez más profundas.
Si los cubanos que disponen de dólares no están del todo satisfechos, quienes solo viven de sus salarios en moneda nacional permanecen mucho más tensos.