En movimiento (My Diary)
Ya han transcurrido 4 años desde que llegué a España, el 19 de marzo del 2019. A pesar de tener la impresión de que el tiempo ha transcurrido demasiado rápido, muy contrario al tiempo ralentizado de Cuba, desde mi exilio forzado no he dejado de estar en constante movimiento.
Tal vez esto es algo que necesito en mi tránsito por la vida. Dichas experiencias de movilidad me han servido para conocer otros sitios, otras comunidades de vecinos, otras manías, otros modos de vivir, otras zonas verdes para ejercitarme, otros escenarios para fotografiarme, así como otros únicos diseños de suelos de parquet.
Descubrir nuevos lugares y personas siempre ayudan a expandir la manera en que conectamos con lo que nos llega por destino. (Soy de los que cree que todo en nuestras vidas, como en un guion cinematográfico, ya está previamente concebido).
Comenzar de cero una y otra vez
Para mí han sido difíciles los movimientos. El más brutal, por supuesto, fue el tener que exiliarme a España, pero ya luego, comenzar de cero cada vez que tengo que hacer un traslado, se me hace bastante complicado. En medio de ellos, he llegado a sentirme como una estrella de un universo que constantemente está gira que te gira, y que en algún instante se congela, pero solo por temporadas.
Mi primer lugar aquí en Madrid fue en Apóstol Santiago (estación de metro El Carmen). Era la casa de Ileana y Francis, quienes desde un principio me acogieron y me brindaron la ayuda que necesitaba.
Luego me trasladé a solo unas cuadras de esa primera residencia, ubicada en la calle San Gumersindo. La habitación en la que conviví junto a Yanelys Nuñez, se convertiría en mi primera renta compartida en Madrid.
Ahí estuve junto a Yanelys, durmiendo en la misma cama, por unos tres meses, luego cada uno se independizó.
Mudanzas y creaciones
Volví a hacer mis maletas en ese 2019 y me fui al Camino viejo de Leganés (Estación de metro Oporto). Allí viví por varios meses.
Luego me fui a una habitación en calle Gandhi, en La Almudena, donde estuve unos seis meses. (Esta zona tiene unos mercadillos los viernes muy aprovechables).
Comencé otra etapa en Hacienda de pavones (Moratalaz). Ahí estuve por un año, y fue por esa fecha, en 2021, que se produjo en Madrid la gran nevada de Filomena. Justo en ese período estaba inmerso en la realización de mi película Vulgarmente Clásica X, que fue realizada en esa habitación. Aunque también realicé algunas tomas en ciertos lugares de Moratalaz. Y estos procesos creativos se repetirán en los distintos sitios por los que me he movido, aunque depende mucho de con quién conviva, de los ruidos que haya a mi alrededor, de las condiciones de la habitación, etc.
Llegó el momento de moverme nuevamente, y aquí hago un paréntesis. Los motivos de mis mudanzas varían. En algunos casos, para buscar habitaciones más baratas, en otros, para buscar roommates más limpios o con personalidades más afines a mí. También me he mudado en algún momento porque no me sentía cómodo en el cuarto o porque había mucho ruido en mi entorno. En fin, disímiles motivos.
La nueva habitación la renté en Puerta del Ángel (Estación de metro del mismo nombre o Paseo de Extremadura). Seis meses allí fueron suficientes para darme cuenta de que debía volver a recolocarme. No pregunten por qué.
Entonces, con una carga más pesada, me fui a Vía Lusitana (Estación de metro Opañel) donde por un período de un año y tres meses viví compartiendo piso con dos personas de origen rumano. De esa habitación salí el primero de junio de este año 2023, para comenzar una vez más.
Resaca del movimiento
Alejarme de los sitios que frecuentaba y de todo lo que ya conocía, me hace sentir un poco melancólico. Siempre me pongo a pensar en las calles amigas, que me trasmitían buenas sensaciones, y por las que ya no volveré a caminar tan seguido. En los sonidos que acompañaban mis días. En las luces, las corrientes de aire, los objetos, la disposición de las cosas...Y cuando pienso en todo esto es como si los abandonara.
Luego trato de analizar y al tratar de poner mis pensamientos en orden, siento que estas emociones tienen que ver con los apegos.
Y aunque es difícil para mí no sentir esto, trato de darle la vuelta y mirar el movimiento como una oportunidad nueva, como un salto de fe, como una transformación inevitable.
Nonardo Perea
(La Habana, 1973). Narrador, artista visual y youtuber. Cursó el Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso del Ministerio de Cultura de Cuba. Entre sus premios literarios se destacan el “Camello Rojo” (2002), “Ada Elba Pérez” (2004), “XXV Encuentro Debate Nacional de Talleres Literarios” (2003- 2004), y “El Heraldo Negro” (2008), todos en el género de cuento. Su novela Donde el diablo puso la mano (Ed. Montecallado, 2013), obtuvo el premio «Félix Pita Rodríguez» ese mismo año. En el 2017 se alzó con el Premio “Franz Kafka” de novelas de gaveta, por Los amores ejemplares (Ed. Fra, Praga, 2018). Tiene publicado, además, el libro de cuentos Vivir sin Dios (Ed. Extramuros, La Habana, 2009).
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