8M ⎸ Día Internacional de la Mujer: Historia y desafíos

“El 8 de marzo de 1908, 15,000 mujeres marcharon en Nueva York exigiendo mejores salarios, horarios laborales más cortos y el derecho al voto.”

| Mundo | 06/03/2024
Conjunto de rostros de mujeres de distintas edades y color de la piel
Mujeres. Imagen de Alas Tensas creada con IA

El 8 de marzo, conocido como el Día Internacional de la Mujer, anteriormente Día Internacional de la Mujer Trabajadora, no solo celebra los avances conseguidos por las mujeres en los ámbitos sociales, económicos, culturales y políticos sino que también recuerda la necesidad de seguir luchando contra la discriminación y la desigualdad de género que persisten en numerosas sociedades.

¿Cuándo surgió la idea de celebrar el 8M?

Desde los tiempos de la antigüedad y a través de hitos como la Revolución Francesa, las mujeres han luchado por su lugar en la sociedad. Figuras como Hipatia de Alejandría, filósofa y maestra neoplatónica griega, natural de Egipto, que destacó en los campos de las matemáticas y la astronomía, a quien  los movimientos feministas han reivindicado como paradigma de mujer liberada, incluso sexualmente; o movimientos como el sufragismo femenino reflejan el largo camino recorrido en la búsqueda de la igualdad de género.

En 1791, en su Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana, Olympe de Gouges, la mujer que murió en la guillotina por iniciar la lucha por la igualdad de género, escribió:

Hombre, ¿eres capaz de ser justo? Una mujer te hace esta pregunta; por lo menos no le privarás ese derecho. Dime, ¿qué te da imperio soberano para oprimir a mi sexo? ¿Tu fuerza? ¿Tus talentos? Observa al Creador en su sabiduría, observa en toda su grandiosidad esa naturaleza con la cual parece que quieres estar en armonía, y dame, si te atreves, un ejemplo de su imperio tiránico.

La historia del Día Internacional de la Mujer tiene raíces en el movimiento laboral y socialista del siglo XX. Sus orígenes se remontan a 1908, cuando 15,000 mujeres marcharon por las calles de Nueva York exigiendo mejores salarios, horarios laborales más cortos y el derecho al voto.

Con este antecedente, Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza celebraron el Día Internacional de la Mujer Trabajadora el 19 de marzo de 1911 con mítines a los que asistieron más de un millón de personas, que exigieron para las mujeres el derecho de voto y el de ocupar cargos públicos, el derecho al trabajo, a la formación profesional y a la no discriminación laboral.

Menos de una semana después, el 25 de marzo, las trabajadoras de la fábrica de camisas Triangle de Nueva York se sumaron a la huelga. Desafortunadamente, enfrentaron un final trágico cuando el propietario incendió el inmueble, causando la muerte de 129 mujeres. Se cree que el origen del uso del color violeta en el movimiento feminista proviene de este suceso, ya que era el color de las telas que estas mujeres producían.

Es importante mencionar que, durante los siglos XIX y XX, surgió en América el movimiento afrofeminista. Este colectivo estaba conformado por mujeres negras que emprendieron una batalla diferenciada, argumentando que la lucha de las mujeres blancas por el sufragio universal las excluía, al no tener derecho al voto ni por ser mujeres ni por ser afroamericanas

Manifestación del Partido Nacional de la Mujer frente a la Casa Blanca en 1918.
Manifestación del Partido Nacional de la Mujer frente a la Casa Blanca en 1918.

La idea de un día internacional de la mujer se propuso por primera vez en 1910 durante la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas en Copenhague. Clara Zetkin, líder del Movimiento Internacional de Mujeres Socialistas, sugirió la idea, que fue unánimemente aprobada por más de 100 mujeres de 17 países. El objetivo era promover la igualdad de derechos, incluido el sufragio para todas las mujeres. La primera conmemoración tuvo lugar el 19 de marzo de 1911 en países como Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, y se extendió posteriormente a otras naciones.

Con el paso de los años, el Día Internacional de la Mujer ganó reconocimiento global. En 1975, coincidiendo con el Año Internacional de la Mujer, la Asamblea General de las Naciones Unidas invitó a los Estados a proclamar un día dedicado a la reivindicación de los derechos de la mujer y la paz internacional. Desde entonces, el 8 de marzo se ha convertido en una jornada de reflexión sobre los avances logrados y los desafíos pendientes en la lucha por la igualdad de género.

8 de marzo: ¿Día para reivindicar o para celebrar?

A pesar de los significativos progresos, las mujeres enfrentan aún numerosas formas de discriminación y violencia. Los informes de la ONU revelan que las mujeres están en desventaja en casi todos los indicadores de desarrollo sostenible, desde la educación y el empleo hasta la participación política y los derechos reproductivos. El 8M sirve para visibilizar estas desigualdades y movilizar esfuerzos hacia su erradicación.

Algunas corrientes feministas critican la comercialización del 8 de marzo y argumentan que la fecha debe servir no para celebrar, sino para reivindicar y reflexionar sobre las luchas femeninas. La preocupación por el “purplewashing” o la instrumentalización capitalista del feminismo refleja la necesidad de mantener vivo el espíritu crítico y reivindicativo de esta jornada.

El término “purplewashing” o “lavado violeta” en español, se refiere a cuando ciertos grupos adoptan acciones, políticas o mensajes con una fachada de apoyo al feminismo, pero que en realidad contribuyen a perpetuar el machismo, reforzar el patriarcado y justificar la violencia contra las mujeres, particularmente aquellas de grupos minoritarios por motivos de raza o etnia. Un concepto similar, el “pinkwashing”, se aplica a estrategias equivalentes dirigidas hacia la comunidad LGBTIQ+.

Esta práctica es principalmente más visible durante los eventos del 8M, cuando emergen entidades y corporaciones que fingen liderar la causa feminista o ven en ella una veta comercial, promoviendo supuestamente los derechos femeninos. Sin embargo, estas acciones son meras fachadas, ya que no buscan auténticamente fomentar la igualdad, sino que enmascaran una perpetuación de conductas y políticas sexistas.

Un claro ejemplo son eventos como la “Carrera de la mujer”, que pretenden simultáneamente concienciar sobre la lucha contra el cáncer y la violencia de género, pero que paradójicamente ofrecen premios como robots de cocina, alimentos light y revistas de moda a las ganadoras, y promueven lemas cuestionables como “Hoy ganan las chicas”, ante el que no se puede evitar pensar que… mañana ya se verá.

Día Internacional de la mujer. Mujeres. Imagen de Alas Tensas creada con IA
Mujeres. Imagen de Alas Tensas creada con IA

El mercado laboral aún exhibe notables disparidades entre hombres y mujeres. Aunque desde 2007 han aumentado los salarios de las mujeres, la brecha salarial de género apenas se ha reducido. En España, por ejemplo, según el Instituto Nacional de Estadísticas, en 2021 el salario anual más frecuente en las mujeres (14.481,6 euros) representó el 74,3% del salario más frecuente en los hombres (19.487,6 euros). Considerando la jornada a tiempo completo, el salario femenino representa el 91,7% del masculino. En la jornada a tiempo parcial, el porcentaje es del 90,4%. Esta brecha de género en los salarios se incrementa con la edad. El valor de 1,3 en el tramo de los trabajadores de 25 a 34 años aumenta a 14,4 en el tramo de 55 a 64 años.

Todavía las mujeres tienden a estar sobrerrepresentadas en sectores menos valorados, mientras enfrentan barreras invisibles que les impiden ascender en sus carreras, especialmente en roles de liderazgo. Aunque la presencia de mujeres directivas ha aumentado, aún queda mucho por hacer para alcanzar la igualdad en los puestos de alta dirección, así como en la prevención de riesgos laborales, y en combatir los estereotipos de género en el trabajo, que pueden manifestarse en códigos de vestimenta discriminatorios, en la falta de implementación de protocolos contra el acoso sexual y en la estrecha flexibilidad a la que pueden enfrentarse a la hora de conciliar la vida laboral y familiar.

Acciones reivindicativas del 8M

Este 8 de marzo, acciones reivindicativas en todo el mundo buscan llamar la atención sobre las brechas salariales y otras desigualdades, subrayando que la lucha por la igualdad de género es una revolución imparable.

El Día Internacional de la Mujer nos invita a todos, independientemente de nuestro género, a participar activamente en la promoción de la igualdad. Es un llamado a desafiar las normas sociales restrictivas, a abogar por políticas que apoyen la igualdad de género y a celebrar los logros de las mujeres en todas las esferas de la vida, la diversidad de sus experiencias de las mujeres, y el reconocimiento de que sus luchas y logros varían ampliamente según su ubicación geográfica, raza, orientación sexual, identidad de género, y situación socioeconómica.

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