El Centro Carter (observador autorizado por Venezuela) no reconoce a Maduro como vencedor

La ONU, el otro observador autorizado por el régimen, aún no se pronuncia sobre la jornada electoral vivida en Venezuela el 28 de julio.

“La elección presidencial de Venezuela de 2024 no se adecuó a parámetros y estándares internacionales de integridad electoral y no puede ser considerada como democrática”, puede leerse en el comunicado que ha hecho público el Centro Carter. Asimismo, esta organización, con sede en Atlanta (EEUU), ha señalado una "falta total de transparencia" en el proceso. Estas elecciones, además, "han infringido numerosos preceptos de la propia legislación nacional".

"El problema se agravó en el exterior", continúa el Centro en su documento, "donde los ciudadanos enfrentaron barreras legales desmedidas, incluso arbitrarias, para inscribirse en el padrón en el extranjero". A la postre, esto significó "cifras muy bajas de nuevos votantes en el exterior”.

El Centro Carter envió un equipo de 17 observadores a Venezuela, con 11 de ellos ubicados en Caracas y los otros repartidos en Barinas, Maracaibo y Valencia. Por su parte, la ONU también contó con observadores en el terreno, aunque su informe se mantiene confidencial. Estos dos fueron los únicos organismos que recibieron la autorización del régimen venezolano para actuar como observadores en estas elecciones.

Por su lado, el CNE y la Fiscalía General de la República han denunciado un hackeo de sus instituciones. Esto, según ellos, habría retardado la entrega de resultados verificables. Tarek William Saab, fiscal general, ha acusado a María Corina de preparar este "sabotaje" desde Macedonia del Norte. Hasta el momento, el gobierno venezolano no ha podido probar nada de lo anterior.

Tras las elecciones presidenciales de Venezuela en 2024, la situación política del país se ha tensado significativamente. La reelección de Nicolás Maduro ha intensificado la discordia entre el gobierno y la oposición. El cuestionamiento de la legitimidad de los resultados y la falta de reconocimiento internacional han contribuido a un clima de incertidumbre y descontento.