"Iré, Owó": el nuevo gesto artístico de Luis Manuel Otero Alcántara

"El iré es un bumerán. Das iré y te rebota, te empapa, te llena de luz y hace que no se pierda la capacidad de generar más bendiciones".

Entre el 31 de diciembre de 2024 y el 6 de enero de 2025, el artista cubano Luis Manuel Otero Alcántara presentó Iré, Owó, un gesto artístico donde se dejaban abandonadas tres carteras con 10.000 pesos cubanos en diferentes barrios de La Habana.

Además de ayudar a tres familias cubanas, en un contexto de precaria festividad, el proyecto manejaba conceptos instaurados en el imaginario popular como la suerte o el iré.

La escritora María Matienzo reflexionó sobre este gesto con un texto que a continuación compartimos de forma íntegra:

Iré, Owó

Luis Manuel Otero Alcántara más que en una celda, está en el abismo en que se ha convertido Cuba. Caminó al borde. Decidió dar el salto y desde el fondo envía señales de luz para la gente que no logra tener esperanzas. Vuelve a la suerte, a la dicha, la fortuna, a la fe de la gente pobre cubana. 

Una cartera encontrada en medio de la calle repleta de owó, de dinero, es un iré, una suerte, una bendición, una luz, un Ashé, una buena energía y un desenvolvimiento inesperado. El owó está maldito. El owó siempre tiene dueño. El owó es de quien se lo encuentre. 

Esa es una historia que se cuenta, que no pasa desapercibida en ninguna casa cubana. Esa cartera forma parte del imaginario de las familias. Todos escuchamos decir: “me encontré un dinero y me salvó”. Todos soñamos con la cartera reventada de owó que nos resuelva el problema del momento. 

Una cartera llena de owó, de dinero, es tema de conversación siempre. Un motivo de recordación, de agradecimiento al Oricha, al Dios que propició el encuentro. Es una historia que se recuerda de boca en boca y no por poco tiempo. Muchas veces trasciende porque suele encontrarse cuando más se necesita, cuando se está al borde del abismo que Otero Alcántara habita en Cuba. 

Da lo mismo que sea porque con ella la mujer negra que lleva al bebé en brazos logró comprar leche y comida para esa noche; o si a las demás les sirvió para pagar una deuda, jugar a la bolita e intentar multiplicarlo; o repartirlo entre los nietos y que tengan qué llevarse a la escuela. El owó maldito o no, siempre es bienvenido y trae iré.

El iré es un bumerán. Das iré y te rebota, te empapa, te llena de luz y hace que no se pierda la capacidad de generar más bendiciones. ¿Sabrán qué hacer con esa suerte que les ha llegado inesperadamente? El iré hay que aprender a sostenerlo. El artista lanzó tres irés desde el abismo y dieron a parar en distintos puntos de la ciudad. Ha hecho que el acto de fe que es su creación vaya de peregrinaciones a carteras cargadas de owó.

Con esta obra Otero Alcántara potencia esa capacidad suya de repartir su suerte de manera efímera. En su caso con un toque de ese iré, basta. Las mujeres que encontraron esas carteras, serán dichosas.