Exponer a activistas autoinculpándose: una práctica habitual del régimen cubano

Exponer a presas y presos políticos en la televisión nacional cubana autoinculpándose, manifiesta las torturas y violaciones a los que son sometidos los activistas de derechos humanos.

La violenta exposición de las opositoras, activistas y ciudadanas cubanas en los medios de comunicación tras largos periodos de coacción y tortura es una muestra más de la violencia de género del Estado cubano.

Sulmira Martínez o Salem Cuba Censura, como se conoce en las redes a la influencer habanera de 21 años, fue arrestada el 10 de enero solo por publicar en las redes sociales convocatorias a protestas en contra del régimen. Permaneció dos meses en Villa Marista y el 17 de marzo fue trasladada a la prisión de El Guatao. Norma Pérez, la madre de Sulmira ha dicho que su hija quedó traumatizada. Después de largos meses recluida, Sulmira apareció en televisión nacional, en un reportaje del 12 de abril, del Canal Caribe, «reconociendo» haber creado el perfil con el cual publicaba sus mensajes contra la dictadura «por dinero, porque me hacía falta el dinero».

Por otro lado, Mayelín Rodríguez Prado, joven madre de 22 años conocida como «La Chamaca», quien grabó las protestas ocurridas en Nuevitas los días 18 y 19 de agosto de 2022 también fue expuesta en el programa Las Razones de Cuba.

Antes de esto estuvo más de seis meses presa en la prisión de máxima seguridad Granja 5 de Camagüey sin petición fiscal. Mayelín fue detenida en su casa el 22 de agosto y luego incomunicada en la sede de la Seguridad del Estado: Villa María Luisa por grabar a dos niñas golpeadas por las fuerzas represivas durante las protestas por los apagones y la falta de agua.

Dos meses después de las protestas, la televisión estatal publicó esa confesión de Mayelín, arrancada por la Seguridad del Estado, en la que la joven dice que fue contactada a través de las redes sociales para hacer esas filmaciones. El reporte televisivo le imputa de haber sido «reclutada desde Facebook» y estar «pagada» desde el exterior.

Estos testimonios obtenidos en condiciones sumamente restrictivas, donde se les incomunica y solo tienen acceso a pocos minutos de visitas con sus familiares, buscan desacreditar el activismo político de los cubanos.

Exponer a presas y presos políticos en la televisión nacional cubana autoinculpándose, manifiestan las torturas y violaciones a los que son sometidos los activistas de derechos humanos y las personas que disienten y se expresan libremente.

La violencia política hacia las mujeres y el impedir el ejercicio de sus libertades ciudadanas es también violencia de género. Aunque el régimen, con estas prácticas institucionales, intenta mostrar su obsceno poder e impedir el activismo, lejos de ello, solo demuestran la ilegitimidad, debilidad y agonía del sistema imperante.