8 hitos de la lucha contra la violencia de género en Cuba en 2024
Estos hitos son el reflejo del arduo trabajo que realizan las organizaciones de la sociedad cubana pese a la constante criminalización del régimen.
La lucha contra la violencia de género en Cuba siguió adquiriendo protagonismo este 2024, un año marcado por denuncias, investigaciones y avances que revelan tanto retos como logros en este ámbito que van desde informes presentados ante organismos internacionales hasta iniciativas promovidas por la sociedad civil, pese a la criminalización y el silencio oficial para visibilizar realidades ocultas y exigir políticas efectivas.
En este contexto, ocho hitos destacan como testimonio del esfuerzo colectivo por enfrentar la violencia de género. Estos eventos abarcan desde la participación de organizaciones cubanas en la CEDAW, donde denunciaron violaciones sistemáticas de derechos, hasta la aprobación de nuevas medidas gubernamentales que buscan responder a años de demandas feministas, aunque el régimen así no lo reconozca.
También incluimos el impacto de las plataformas independientes en la documentación de feminicidios y la visibilización de poblaciones vulnerables, como las personas mayores y las mujeres lesbianas. En este artículo exploramos estos hitos, que reflejan un año crucial en la lucha por la igualdad y la justicia en Cuba.
1. Denuncias ante la CEDAW: organizaciones exponen violencia de género y discriminación institucional
Durante el 89º período de sesiones de la Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), celebrado del 7 al 25 de octubre de 2024 en Ginebra, cerca de 25 organizaciones de la sociedad civil cubana presentaron informes que evidenciaron las violaciones sistemáticas a los derechos de las mujeres en Cuba.
Las activistas denunciaron problemáticas como la doble discriminación sufrida por mujeres negras lesbianas encarceladas, la exclusión de parejas lesboafectivas de tratamientos de reproducción asistida y las condiciones precarias de mujeres mayores, agravadas por la crisis económica.
También criticaron la falta de un marco legal adecuado para prevenir la violencia de género, la complicidad de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) con la violencia política que ejerce el régimen cubano y las barreras estructurales que perpetúan la desigualdad y la falta de reparación para las víctimas.
En el diálogo interactivo del 18 de octubre, el Comité de la CEDAW examinó el noveno informe periódico de Cuba y, aunque reconoció avances legales como la Constitución de 2019 y el Código de las Familias, expresó preocupación por la falta de implementación efectiva, el impacto desproporcionado de la crisis en mujeres y niñas, y la desigualdad en el acceso al poder político real pese a los altos índices de representación femenina en el Parlamento. Marianne Mikko, una de las expertas, calificó al gobierno cubano como "autoritario" y criticó la imposibilidad de los y las defensoras de derechos humanos de trabajar en la isla.
Entre las recomendaciones destacaron medidas concretas para prevenir feminicidios, como el establecimiento de refugios para víctimas de violencia de género, el fortalecimiento de los mecanismos de justicia y la independencia del mecanismo nacional para el adelanto de las mujeres. Se hizo además hincapié en la liberación de las presas y presos políticos.
2. Aumento regional de feminicidios en 2024: Cuba y América Latina bajo la lupa
El Mapa Latinoamericano de Feminicidios, coordinado por la organización Mundo Sur, continuó este año su labor de visibilizar la violencia de género en la región, incluyendo el caso cubano a través de los datos publicados por la plataforma Yo sí te Creo en Cuba y el Observatorio de Género de Alas Tensas (OGAT). Este último celebró su quinto aniversario en junio de 2024.
Ambos observatorios independientes han verificado desde 2019 hasta diciembre de 2024, un total de 263 feminicidios.
En el más reciente informe de Mundo Sur, que se circunscribe al primer semestre de 2024, la plataforma documentó un aumento del 5,1% en los feminicidios en comparación con el mismo periodo del año anterior, alcanzando un total de 2.382 casos en 16 países.
El análisis no solo puso de relieve la gravedad del problema en países como Brasil, Colombia y Guatemala, que lideran en cifras absolutas, sino también en Cuba, donde se registraron 30 feminicidios en dicho período, equivalente a una tasa de 0,57 por cada 100 mil habitantes.
Además, el informe incorporó por primera vez una metodología específica para identificar transfeminicidios y travesticidios, logrando contabilizar 51 casos en 10 países, entre ellos Cuba.
El informe señaló que el 71% de las víctimas con hijos fueron asesinadas por parejas o exparejas, dejando al menos 1.232 niñas y niños huérfanos en la región, datos que destacan la urgencia de implementar políticas más efectivas para prevenir la violencia machista y garantizar la protección de las mujeres y sus familias.
La persistencia de esta problemática refleja tanto la magnitud de la crisis como las limitaciones de las estrategias estatales actuales, subrayando la importancia del trabajo de recopilación y análisis liderado por organizaciones como Mundo Sur para impulsar cambios estructurales en la región.
3. La sociedad civil en la lucha contra la violencia de género y en la visibilización de la situación de las mujeres lesbianas
La sociedad civil cubana siguió desempeñando un papel crucial en la visibilización de problemas como la violencia de género y la lesbofobia en la isla. Por ejemplo, en abril de este año, activistas y periodistas presentaron el informe "Si no nos mencionan, no existimos: la lesbofobia en Cuba", donde denunciaron la invisibilidad y la violencia que enfrentan las mujeres lesbianas.
Liderado por María Matienzo y un equipo de investigadoras, el estudio revela datos preocupantes: el 69,1% de las encuestadas ha sufrido lesbofobia, el 83,6% ha enfrentado discriminación en el ámbito de la salud y el 87% ha sido víctima de acoso sexual.
Además, el informe criticó la exclusión de las mujeres lesbianas de las estadísticas oficiales y de las propuestas legislativas relacionadas con la violencia de género, evidenciando las barreras estructurales que perpetúan su marginación.
Por otro lado, la revista independiente El Estornudo publicó una investigación sobre abusos sexuales en la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños, realizada por el periodista Mario Luis Reyes.
El reportaje recogió testimonios de mujeres que denunciaron violaciones, acoso y revictimización en esta prestigiosa institución educativa y tras su publicación, la escuela emitió un comunicado reconociendo los hechos y destacando medidas como la implementación de un Protocolo de Convivencia de Paz en 2023, acciones que fueron calificadas como insuficientes por exestudiantes y cineastas.
Las plataformas feministas independientes, como YoSíTeCreo en Cuba (YSTCC) y el OGAT respaldaron estas denuncias y reiteraron la necesidad de una Ley Integral contra la Violencia de Género, subrayando la gravedad de la situación en un país que registró 89 feminicidios en 2023 y acumula 55 casos en lo que va de 2024.
4. Visibilización de la precariedad y la violencia contra personas mayores ante la CIDH
Durante el 191º Período de Sesiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), organizaciones de la sociedad civil cubana denunciaron la alarmante precariedad que enfrentan las personas mayores en Cuba, agravada por el colapso del sistema de seguridad social, la inseguridad alimentaria y la exclusión digital.
Con el índice de envejecimiento más alto de la región, el 80% de los adultos mayores vive en condiciones de pobreza extrema, con pensiones que no cubren ni los alimentos básicos, y enfrentan dificultades para acceder a agua potable, medicamentos y servicios esenciales.
El éxodo migratorio dejó a muchos sin redes de apoyo familiar, mientras que la bancarización y la brecha digital complican aún más su vida diaria. Además, las organizaciones de la sociedad civil también denunciaron la situación de presos políticos mayores de 60 años, sometidos a tratos crueles y degradantes en las cárceles cubanas.
Las organizaciones recomendaron al Estado cubano actualizar estadísticas sociales, garantizar la seguridad alimentaria, desarrollar un sistema integral de cuidados, priorizar la inversión en sectores esenciales como salud y electricidad, y liberar a los adultos mayores detenidos por razones políticas.
También instaron a implementar programas de alfabetización digital, combatir el maltrato doméstico e institucional, y ofrecer reparaciones integrales para las víctimas de violencia de género. La CIDH recibió estas denuncias con preocupación, destacando la necesidad urgente de medidas efectivas para garantizar los derechos y el bienestar de esta población vulnerable.
5. Avances limitados en el registro oficial de la violencia de género
En 2024, el gobierno cubano anunció la implementación del Sistema Nacional de Registro, Atención, Seguimiento y Monitoreo de hechos de violencia de género, un mecanismo destinado a recopilar y gestionar datos sobre esta problemática, especialmente en el ámbito familiar.
Según la Fiscal General, Yamila Peña Ojeda, el sistema fue desarrollado en colaboración con el Ministerio del Interior y el Tribunal Supremo Popular, y busca generar estadísticas que permitan prevenir y combatir la violencia machista.
Los datos presentados por la Fiscalía revelaron que el 75% de los incidentes ocurren en el hogar, el 84% de los agresores son parejas o exparejas, y el 45% de las víctimas son trabajadoras no remuneradas.
Sin embargo, la transparencia del registro sigue siendo incierta, ya que se trata de un sistema administrativo sin garantías de acceso público, una de las demandas más recurrentes de los observatorios independientes como OGAT y YSTCC.
Pese a estos esfuerzos, organizaciones feministas como OGAT señalaron que las medidas siguen siendo insuficientes, pues la falta de una Ley Integral contra la Violencia de Género, la criminalización de la sociedad civil y la negativa oficial a reconocer el feminicidio como un problema estructural limitan la efectividad de estas iniciativas.
A esto se suma la polémica postura de la oficialista Federación de Mujeres Cubanas (FMC), que utiliza el término "femicidio" para negar la complicidad institucional en los crímenes de género.
6. Casa Palanca revela el abandono de las familias afectadas por feminicidios
La colectiva de periodismo Casa Palanca, liderado por mujeres y personas no binarias, publicó el 18 de septiembre su primera investigación colaborativa titulada Víctimas de las que no se habla: la realidad de las familias atravesadas por feminicidios
en Cuba.
El estudio, realizado por 16 periodistas independientes a lo largo de cinco meses, arroja luz sobre la desprotección de las familias afectadas por feminicidios en Cuba, un problema ignorado por las autoridades, pues, además de la pérdida de sus seres queridos, estas familias enfrentan abandono estatal, falta de apoyo psicológico y desconocimiento de sus derechos.
Casa Palanca entrevistó a ocho familias de víctimas en seis provincias del país, revelando la insuficiencia de las pensiones económicas y la falta de políticas públicas que garanticen una reparación integral.
La organización periodística exigió reformas legales y medidas preventivas para proteger a las personas dependientes de las mujeres asesinadas y mitigar el impacto social y familiar de los feminicidios.
7. Nuevas políticas del gobierno contra la violencia de género tras presión de grupos independientes
A finales de este año el gobierno cubano anunció dos iniciativas con carácter preventivo en la lucha contra la violencia de género. La primera es el lanzamiento de la campaña "No Más", destinada a responder a la violencia machista en cuatro provincias: Las Tunas, Granma, Guantánamo y La Habana.
Con una duración prevista de tres años y una participación estimada de 11.400 personas, la campaña busca trabajar con adolescentes, capacitar a profesionales de la comunicación, y fortalecer redes comunitarias.
A pesar de representar un avance, organizaciones como el OGAT han señalado la falta de información sobre el presupuesto, el monitoreo y la evaluación de impacto, elementos clave para su efectividad.
"No Más" se enmarca en el cumplimiento del Acuerdo de Diálogo Político y de Cooperación entre la Unión Europea y Cuba, en un contexto donde activistas independientes critican que el gobierno sigue sin atender de forma integral la violencia de género como problema estructural.
La segunda medida es el Decreto-Ley 86 de 2024 sobre la Caja de Resarcimientos, publicado en diciembre. Este instrumento legal busca garantizar la reparación económica a víctimas de delitos, incluidas mujeres afectadas por violencia de género, estableciendo convenios de pago con los agresores y permitiendo, en casos excepcionales, que la Caja asuma la indemnización.
Aunque el Decreto prioriza a personas vulnerables como menores de edad y personas con discapacidad, activistas como Yanelys Núñez e Ileana Álvarez, del OGAT, subrayan la necesidad de ampliar las reparaciones más allá del ámbito económico, incluyendo apoyo psicológico y medidas que garanticen la no repetición.
Además, organizaciones como Cubalex han alertado sobre las barreras existentes para el acceso a la justicia y la falta de un enfoque integral en la legislación actual, lo que deja a muchas víctimas en un estado de desprotección institucional.
8. Cubanas exiliadas alzan la voz Por un 8M sin presas políticas ni feminicidios
El 8 de marzo de 2024 organizaciones feministas cubanas radicadas en el exilio se congregaron en Madrid para conmemorar el Día Internacional de la Mujer con un fuerte llamado a la libertad y justicia en Cuba.
Bajo el lema de un “8M sin presas políticas”, las manifestantes expresaron solidaridad con las más de 78 mujeres encarceladas por motivos políticos en la isla y recordaron a las 89 víctimas de feminicidios registradas en 2023 por observatorios independientes.
Portando carteles con los rostros de las presas políticas, exigieron el fin de la opresión, la violencia y la desigualdad, al tiempo que reivindicaron la lucha por una Cuba democrática.
La protesta contó con la participación de varias organizaciones de la sociedad civil cubana, como la revista feminista Alas Tensas, la Asociación Raíces de Esperanza en España, el Museo V, el OGAT y la Red Femenina de Cuba.
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