Soy Eva, resurjo en el mar epopéyico del malecón habanero. ¡Qué jodida me tiene La Habana con tantas raíces de mierda!
La obra de la joven artista camagüeyana Thaymet Muñagorri es literal y metafóricamente hablando, fuente de empoderamiento.
Pippi Calzaslargas es de un mundo donde se mueven con leyes propias el Lazarillo de Tormes, Tom Sawyer y Alicia en el país de las maravillas.
"Soy como una geisha en La Habana y me gusta, quizás en un par de años estudie medicina, aunque sea por internet, tal vez después tenga un hijo para ver cómo es, no sé, el futuro nunca me ha importado, solo creo en el ahora... por cierto, me llamo Betsabé".
“Sigo riendo. Quiero parar. Me río. El Partido. Uno, dos, tres. El Partido. Canto una conga. Bailo”.
"El último duelo", llama la atención por su argumento: la denuncia de violación realizada por la joven esposa de un caballero medieval.
"Sobre el dintel de las analogías", un poema de Ileana Álvarez sobre la violencia de género, el deamparo y la soledad de las mujeres.
“Hola, me llamo Elizabeth y soy, digamos que la promotora de este circo”, dijo y La lagarta la miró sin quitarse las gafas de sol, “es que me gustaría que formaras parte del espectáculo”, Elizabeth no supo qué más decir porque el cristal plateado de las gafas no dejaba ver lo que pensaba la otra.
“Ya mi hijo comprende la palabra patria, sabe que patria son sus abuelos, sus primos y sus amigos”.
"Qué palo antipatria, qué palo tan pene, / blando y recortado tras la voz de ordene".