En su poesía, la poeta uruguaya Circe Maia utiliza un lenguaje de lo cotidiano, como un método de conocimiento de la realidad.
Louise Glück fue una de las escritoras más importantes de Estados Unidos. Antes de que ganara el Premio Nobel ya había obtenido un Pulitzer.
"Hago como Espartaco" es un poema de María Luisa Milanés. Sus poemas aparecieron, un año después de su suicidio, en la revista Orto.
“El vigía escucha murmullos y gritos” pertenece al libro "Trama tenaz", (Ed. Bayamo, 2011), de Ileana Álvarez, que fue Premio “Fidelia” de Poesía 2010.
Este poema, de la poeta nicaragüense Gioconda Belli, es un llamado a la igualdad de género y al respeto mutuo en las relaciones amorosas.
"Plegaria" es un poema de la poeta uruguaya víctima de feminicidio, Delmira Agustini. Aparece en su poemario Los cálices vacíos, de 1913.
El feminicidio cometido contra Delmira Agustini por quien fuera su esposo, privó a América de una voz poética prominente.
Sweyla Mêhemî es una poeta, traductora y ensayista kurda, nacida en Kurdistán en 1971. Por primera vez una muestra de sus textos aparece en un idioma que no es el kurdo.
Virgilio Piñera lleva a sus poemas la cotidianidad. Su obra dignifica la existencia en todas sus circunstancias y revela un escenario cuestionador.
"Al desandar los pasos", de Maricruz Patiño, publicado por Ediciones Deslinde, apunta a que a veces lo vivido parece pertenecer a otra vida.