Entrevista ⎸La mujer en la obra de Yanier H. Palao: “Lo que me inquieta es lo que llego a amar”

“Quiero descubrir ese algo que aún no llego a nombrar”, afirma el artista exiliado cubano, reflexionando sobre la presencia insistente de la figura femenina en su obra plástica.

En su nota biográfica, el escritor y artista de la plástica Yanier H. Palao dice que le hubiera gustado ser arqueólogo. Sus manos, apunta, “han envejecido prematuramente por su antigua labor como restaurador”, y “han acariciado más la piedra de cantería, el yeso, la pintura mural, las rejas de hierro, que la piel humana”.

Tus manos, con las que construyes artesanías de desechos que has recogido, dibujan rostros de mujeres. ¿Por qué?

“Me he hecho esa pregunta cientos de veces, y me quedo en silencio, se me agotan las palabras. Podría exponer varias hipótesis, pero ninguna me convence. Que si crecí con muchas de ellas en mi infancia. Que si tengo muchas amigas. Podría seguir enumerando… Tomo el lápiz y comienzo un dibujo y sin pensarlo sale del trazo, el rostro de un cuerpo femenino. Quizás esa manía de dibujar rostros venga de la colección de fotos de carnet que me encontré en la calle siendo un adolescente.”

Caminabas por Báguano, un pueblito de Holguín, a la salida de la secundaria, cuando te encontraste una bolsa plástica al lado de un latón de basura. “Quien quiso deshacerse de las fotos seguramente sintió pena de ponerlas dentro del contenedor”, me cuentas.

“En las fotos había personas que no conocía. Al llegar a casa hice una selección de esos rostros perfectamente enmarcados en dimensiones de uno por uno. Fui apartando los femeninos, eran esas caras las que me decían “algo”. En esa época yo no sabía que me decían “algo”. Un “algo” es lo que busco en casi todo lo que me inquieta. Y eso que me inquieta es lo que llego a amar. Visto de esa manera no amo lo que me tranquiliza, lo que me seda. Todo lo contrario, quiero, amo lo que despierta “cosas” en mí. Y vuelve de nuevo la palabra “cosas”.”

Te intrigan las “cosas” que cargan las mujeres. “Son las mujeres, por lo general, los seres que llevan “cosas”, dices, y te planteas una lista de supuestos artilugios que caben dentro de sus bolsos como una metáfora de lo que cabe dentro de ellas mismas.

“Cargan con su mochila o cartera de trabajo y en el interior de esos bolsos van otros bolsos. Papeles en sus más disímiles formas y texturas para diferentes menesteres. Potes de cremas, pintura para los labios, la estampita de algún santo o virgen que les brinda protección, perfumes, pastillas para el dolor de la regla o la migraña, almohadillas sanitarias. Algunas llevan incluso un biberón, o el chupete del hijo que han dejado al cuidado, casi siempre, de otra mujer.”

Reflexionando, Yanier H. Palao, ¿te das cuenta de que nunca has dibujado esos objetos?

“Quizás lo que siempre he querido es hurgar en el alma de las mujeres, y hablo de ellas, dibujo sus rostros y pienso en sus bolsos, que son como una suerte de matrioskas. Una expresión, quizás, de lo que llevan dentro.”

¿Para qué?

“Quiero descubrir esa “cosa” que tienen, ese algo que aún no llego a nombrar.”

Las mujeres de Yanier H. Palao conforman su imaginario expresivo como una deuda con lo que le inquieta de ellas. La sinuosidad de sus trazos, los rostros casi siempre atentos, casi siempre con una mirada fija en quienes los mira, son también parte de esa naturaleza que lo increpa, que nos increpa.

Casa, árbol, flores, pájaros, otros rostros de mujeres en el vestido de una de ellas, en sus cabellos, son algunos de los signos que él descubre como representaciones de la intimidad femenina, de la comunión que nace entre las mujeres y los espacios naturales, el espacio interior, otras mujeres y el hogar.

Acuarela, pastel graso, tinta, acrílico, cartulina, son los materiales que utiliza para hacer los rostros más vibrantes, más planos, más o menos coloridos, más alegres, más sombríos, acercándose a esa variedad tremenda que lo obliga a la inquietud.

Para ver más obras de Yanier H. Palao, acceda a este enlace.