Protestas en Cuba | Periódico oficialista califica de “acto criminal” el reclamo por leche de las madres santiagueras

Más allá de las acusaciones, el artículo omite la responsabilidad gubernamental en el manejo de la crisis, así como la ausencia de diálogo con los manifestantes.

En un despliegue de retórica severamente crítica, el periódico oficialista Sierra Maestra, órgano del Partido Comunista en Santiago de Cuba, lanzó una serie de acusaciones contra los manifestantes de las protestas antigubernamentales del pasado 17 de marzo, tildándolas de “espectáculo denigrante”.

El artículo titulado “Nadie puede arrebatarnos la paz”, firmado por Mayté García Tintoré, jefa de redacción del medio, no solo minimiza las demandas ciudadanas sino que las descalifica, marcando a los participantes con adjetivos que van desde “criminales” y “parásitos” hasta “desestabilizadores y desagradecidos”.

La pieza editorial, que también encontró su lugar en la edición digital del periódico, acusa específicamente a madres, jubilados, trabajadores, y jóvenes de contribuir a la “desestabilización” mediante su participación en las manifestaciones, las cuales, según el periódico, fueron el resultado de una “manipulada convocatoria subversiva” sin proporcionar evidencias concretas sobre estas afirmaciones.

García Tintoré, en su narrativa, no solo desacredita las motivaciones detrás de las protestas sino que sugiere que estas fueron incentivadas financieramente, desviando la atención de las legítimas demandas de corriente y comida que dieron inicio a las movilizaciones. Además, el artículo presenta una versión de los hechos que pone en tela de juicio la espontaneidad de las acciones ciudadanas, sugiriendo una premeditación detrás de ellas.

Lo que resulta especialmente preocupante es la criminalización de actos tan humanos como el reclamo de leche para los niños. La periodista, que no sabemos si es madre y si lo fuera tampoco sabríamos, o sí, de dónde sacaría alimento para sus hijos, lo presenta como un “acto criminal”. Este enfoque no solo es insensible sino que ignora y trata de revertir grotescamente las profundas raíces de la insatisfacción popular ante las dificultades económicas y la escasez que enfrenta el país.

El ya gastadísimo discurso empleado por Sierra Maestra y la aparente amenaza de “aplicar todo el rigor de la ley” a quienes participen en futuras manifestaciones apunta hacia una estrategia de intimidación que busca silenciar la disidencia. Esta postura es especialmente alarmante en un contexto donde el diálogo y la comprensión mutua deberían primar para encontrar soluciones a las crecientes dificultades que enfrenta la población.

Más allá de las acusaciones, el artículo omite mencionar la responsabilidad gubernamental en el manejo de la crisis, así como la ausencia de diálogo constructivo con los manifestantes. Esta falta de referencia a los esfuerzos por mejorar la situación o al menos reconocer las dificultades existentes, dibuja el ya muy visto escenario de desconexión entre las autoridades y las necesidades reales del pueblo.

Las polémicas respecto a estas palabras

La plataforma YoSíTeCreo en Cuba, en sus redes sociales calificó de “manipulador, clasista, aporofóbico y criminalizador el texto publicado el sábado 23 de marzo por el semanario Sierra Maestra”.

La plataforma reiteró que “la carga más fuerte de esta crisis política y económica la llevan las personas cuidadoras, de las cuales la inmensa mayoría son mujeres por las casi nulas políticas de equidad efectivas“. Y destaca que las mujeres son afectadas en aspectos como pensiones insuficientes tras el divorcio y la reducción de los bienes disponibles en las canastas mensuales a precios subsidiados, lo cual hace que se vean forzadas a participar en protestas y a continuar haciéndolo, incluso con sus hijos en brazos, frente a una situación insostenible.

En su perfil de Facebook, la historiadora Alina Bárbara López, que viene realizando protestas pacíficas y por las cuales ha sido hostigada y enjuiciada, plantea:

En el mismo post, la intelectual cubana apunta que el pasaje en que la dirigente habla de las madres cubanas es “especialmente denigrante”, y comparte un texto que publicó en 2022 “Empatía vs hipocresía”, en el que critica la hipocresía de quienes condenan la presencia de niños en estas situaciones sin comprender la desesperación y las difíciles circunstancias que llevan a sus familias a protestar.

La joven activista por los derechos humanos Laura Vargas, en un artículo “En Cuba las mujeres protestamos”, recién publicado en La Joven Cuba plantea al respecto: “Al emplear términos como acto criminal se establece un juico moral sin considerar el contexto socioeconómico y político que motiva a estas mujeres a participar en protestas”.