Madres cubanas entre la represión y el desabastecimiento

Las esposas, madres e hijas, que tienen a su cargo a un familiar preso han tenido que redoblar sus esfuerzos para lograr mantener un equilibrio mental y físico, en medio de un país en crisis.

Las familias cubanas, tras la represión que suscitó el estallido social del 11J, se han visto más deterioradas que nunca. La ausencia de los insumos que necesitan proporcionarle a familiares presos; la precariedad económica que impide a muchas de esas familias asistir en un transporte público o privado a cada visita; la imposibilidad incluso de poder autoabastecerse en el día a día; así como el acoso sistemático por parte del Seguridad del Estado, hace que la situación se haga insostenible para muchas de ellas.

Las esposas, madres e hijas, que tienen a su cargo a un familiar preso han tenido entonces que redoblar sus esfuerzos para conseguir cierto equilibrio mental y físico, en medio de un país en crisis, cuyos dirigentes tienen un discurso triunfalista, y solo hablan de victorias.

No es entonces azaroso que muchas estas cuidadoras a tiempo completo vean como su salud se deteriora rápidamente.

Hemos visto recientemente como tres madres cubanas, cuyos hijos se encuentran cumpliendo prisión por participar en las protestas del 11J, han fallecido.

Es el caso de la madre del preso político Carlos Paul Michelena Valdés, Ana Rosa Valdés, quien falleció a causa del dengue, pero en medio de un cuadro depresivo, según informó a través de las redes sociales el activista cubano Marcel Valdés.

También hemos conocido, alarmadas la historia de la octogenaria Ana María Conde Alemán, madre de Ramón (Moncho) Pérez Conde, quien cumple una sanción de 12 años de privación de libertad. Ana María falleció en su casa debido a un infarto, en medio de la huelga de hambre que realizaba su hijo por esos días en la prisión.

Y por último, hemos sabido que la madre de Juan Luis Sánchez González, Susana María González Fernández, falleció en febrero de 2022 en Isla de la Juventud a consecuencia de un infarto, según reportara Cibercuba.

Acompañar a todas estas familias que sufren la detención injusta y arbitraria de un ser querido se hace pues imprescindible, pese a que el pueblo cubano en pleno se encuentra sumido en la precariedad, la tortura y la desesperanza.