Entrevista | Rosamarina García: «La voluntad de elegir»

"Creo en la fuerza sanadora de la palabra. Hay palabras cargadas de luminosidad, que recrean, regeneran, engendran y reengendran energías positivas para fortalecer el espíritu y sanar las heridas".

La poesía de la poeta peruana Rosamarina García llegó a mí, por primera vez, a través de la Antología cósmica realizada por el Frente de Afirmación Hispanista, en el 2002. Editar su selección de sonetos De pétalos y fuego (Ediciones Deslinde, 2021), me reafirmó lo que ya percibía en aquella inicial lectura de su obra: la belleza clásica de sus versos, su sensualidad, la capacidad de construir —con gran síntesis expresiva— universos singulares en los que afloran los claroscuros que tiñen la cotidianidad, las íntimas batallas entre el amor y la muerte: «De una cruz, a otra cruz, arden dos leños / tejiendo en sus abismos el dilema, del sexo, / del amor, como un emblema,/ Thanatos, Eros, absolutos dueños».

Tuve la oportunidad de conocerla personalmente en el año 2004, en México, yo asistía al V Encuentro de Mujeres Escritoras Latinoamericanas «Inés Arredondo», y ella ofrecía una conferencia sobre literatura peruana en la Casa de Cultura de Morelia, invitada por el Frente de Afirmación Hispanista. Luego visitaríamos juntas Teotihuacán; mientras yo subía las pirámides del Sol y la Luna, ella se adentraba, hasta perderse y fusionarse con su imaginación, en el Templo de las Mariposas. Luego nos volveríamos a ver en La Habana, y en Potes, España, pero ningún encuentro supera la magia de aquel día, su energía.

Esta conversación acerca a los lectores una Rosamarina sabia, agradecida, que puede resumirse en esa «ansia oculta de prevalecer y existir compulsivamente en la palabra». La misma Rosamarina que descubrí hace casi veinte años y con la que intercambié al despedirme, piedras de la calzada de los muertos, atrapasueños y calendarios solares; simples símbolos de una experiencia única.

Rosamarina García, si tuvieses la obligación de presentarte y rendir cuentas ante una Suprema Corte en algún lugar del futuro más lejano, ¿cómo resumirías en tercera persona quién eres? ¿Quién has sido hasta el día de hoy?

Ante tan sui géneris y lúdico escenario en el tiempo —espacio que no existe— Rosamarina estaría en una dimensión fantástica de irreal ensoñación, para comparecer ante una Suprema Corte ubicada en algún lugar del futuro más lejano. ¿Dónde ubicamos un futuro más lejano? Creemos que el futuro es y será un eterno devenir en todo orden de cosas.

Siendo el Tiempo dimensión de unicidad constante y perpetua, estaríamos inmersos en una irrealidad, vale conjugar e imaginar algún lugar del futuro más lejano, que se recompone dentro de otra irrealidad, y tendría expresión y contenido de transformación, intentando descubrir una verdad secreta y oculta: ¿Quién eres? Pascal, y posteriormente Jung, con su noción del inconsciente colectivo, se habrían de referir al ser humano escudado de sí mismo.

Para responder en tercera persona, frente a la Suprema Corte en algún lugar del futuro más lejano, me hace pensar y reflexionar en la existencia de la reencarnación, o en los múltiples yoes, y en la Teoría del “Eterno retorno” que supone el ciclo infinitamente repetido de todas las cosas.

Afirmo, al igual que Karl Jaspers (1883-1969) Psiquiatra y filósofo, quien desarrolló la noción de existencia de Kierkegaard: ”Las verdades filosóficas del futuro han de ser existenciales y estar basadas en la libre determinación del individuo para cumplir su destino histórico”. Por ello, pienso y digo lo mismo que el Quijote: “Cada uno es artífice de su aventura, yo lo he sido de la mía”.

Algún lugar del futuro sugiere lejanías de proximidad, es decir, estaríamos en el ayer de lo siempre, sin evadir raíces del espíritu, reconociendo la esencia de lo que somos. Rosamarina García Munive rendirá cuentas en algún lugar del futuro más lejano ante el Tribunal de Honor de la Historia, y serán sus lectores desde otro plano, quienes emitirán el veredicto.

Platón en el Libro V de La República por boca de Sócrates pregunta, no es el soñador durmiendo o despertando, alguien, que compara cosas disímiles, ¿y quién pone la copia en lugar del objeto real? Ciertamente, diría que está soñando. El reconocido psicoanalista literario Don Fredo Arias de la Canal, en su libro Diálogos Intemporales (Edición FAH 2008, en diálogo con Bertrand Russell pág. 75-76) nos ilustra:

Creo en la unidad de ser y conformar la misma esencia humana revestida de infinito, y soy en mi propio Yo soy, lo que fui y sigo siendo, imagen de mi Todo, devenir, metamorfosis, párpado de Luz, lenguaje cósmico.

«Sabemos que Eros y Tánatos seducen y subyugan en multiplicidad las esferas del alma, y cada ser es un enigma con propia y diferenciada sensibilidad».

Has escrito un libro seductor, que tuve el honor de editar. Las palabras se asocian como árboles en un bosque. ¿Cuál o cuáles son tus palabras preferidas, y por qué?

El ansia oculta de prevalecer y existir compulsivamente en la palabra, en los extraños laberintos de la mente, vislumbrando el preludio ancestral en la infinitud de las edades, más allá de la fijación del recuerdo, o de otro recuerdo: la regresión seduce y ensalma infinito y pavoroso asombro subsumido en un eterno retorno. Y siempre, la palabra por sí misma amalgamando y seduciendo en una arboleda de encantamiento.

Sabemos que Eros y Tánatos seducen y subyugan en multiplicidad las esferas del alma, y cada ser es un enigma con propia y diferenciada sensibilidad.

La expresión “gesto mágico” es fruto de pensamientos o arquetipos, o símbolos que trasladan la propia esencia humana pronunciada a través del protoidioma, y se plasman en las Tres Leyes de la Creatividad Poética, descubiertas por el Maestro Fredo Arias de la Canal.

Las palabras fluyen en el éter de la imaginación o de la idea, se forjan en un conjunto concéntrico de voces extrañas y dialécticas, buscando nacer en acoplamiento mágico entre ellas mismas, dentro del laberinto existencial del psiquismo del poeta.

«Los que amamos la cultura y veneramos la palabra, siempre estamos en búsqueda de obras literarias reconocidas por la crítica, cuya lectura alimentará el espíritu detrás de las sombras más profundas.»

Debemos recordar que versificar obedece a un impulso vital e irrefrenable y, como nos dice el Maestro Marcelino Menéndez y Pelayo: “El carácter fundamental de la obra de arte es un infinito inconsciente, que el artista pone allí por impulso instintivo, fuera de su propósito, y a veces, contra él (…) Entonces, acotamos que no existen palabras preferidas, todas, fluyen desde el arcaico manantial del inconsciente colectivo, y se acoplan, se asocian y encajan, vislumbrando la belleza de sensaciones cósmicas y eróticas«.

En cuanto a un libro seductor que hubiere escrito en calidad de poeta, no sería yo quién califique o cualifique dicha adjetivación, bástame el reconocimiento de mi obra por el Frente de Afirmación Hispanista A. C. y ser merecedora de la valiosa presea Medalla de Oro “José Vasconcelos”, año 2010.

Se especula que las obras literarias tienen la huella inevitable de múltiples influencias. En tu caso, ¿cuáles son las que más agradece y las que menos te agradan?

Pienso que los que amamos la cultura y veneramos la palabra, siempre estamos en la búsqueda de obras literarias reconocidas por la crítica, cuya lectura alimentará el espíritu detrás de las sombras más profundas, y es verdad que las palabras o ideas dejan huella o proyecciones en la psique humana, siendo transformadas por el numen del verdadero poeta.

En cuanto a huella de influencias en mi obra poética, entiendo que la poesía que concibo confirma las Leyes del Creatividad Poética, según el reconocido Maestro psicoanalista literario Don Fredo Arias de la Canal, y destacan arquetipos cósmicos junto a los oral-traumáticos conformantes del protoidioma. Sin duda, podría haber influencias inconscientemente percibidas, y a la vez, transformadas en otras entelequias por el trabajo onírico y sui generis del alter ego.

«Creo que la existencia humana se caracteriza por la voluntad de elegir».

Dijo Borges “La lectura es una de las formas de la felicidad y no se puede obligar a nadie a ser feliz”. Generalmente acumulamos preferencias por libros que nos acompañan. ¿Qué texto de otros autores (de un clásico o alguien de la contemporaneidad) sugieres a los lectores?

Estoy de acuerdo con el poeta y filósofo Jorge Luis Borges, en cuanto a la lectura como una de las formas de ser feliz. Ser feliz implica elegir selectivamente un modus vivendi que identifica el Yo soy, para ser lo que somos dentro de nosotros mismos. Creo que la existencia humana se caracteriza por la voluntad de elegir. Algunos filósofos han expresado que la felicidad reside en el placer, mientras otros la relacionan con conceptos, tales, como la realización personal. Sin duda, existen otras formas de felicidad. Aristóteles sostenía que la felicidad estribaba en el uso de la razón como pensamiento y como guía hacia una vida virtuosa.

Recomendamos leer El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, obra de arte literario sin precedentes, de Don Miguel de Cervantes Saavedra —filósofo de la razón vital dinámica—con un protagonista, que es el ecce homo frente a su destino y circunstancia.

Además, recomendamos leer como complemento necesario “Intento de Psicoanálisis de Cervantes”, estudio realizado por el Maestro psicoanalista literario Fredo Arias de la Canal, en un intento de acercarnos al laberíntico entramado del alma del Quijote, representación de la mente de Cervantes en eterna lucha contra la adversidad.

Escritores que admiro y cuyas obras venero, son Jorge Luis Borges —argentino poeta y ensayista—, premio Vasconcelos, 1973, Guillermo Schmidhuber de la Mora —mexicano, dramaturgo, reconocido investigador de la vida y obra de Sor Juana Inés de la Cruz—, Premio Vasconcelos, 1995.

También reconozco y admiro profundamente al poeta cubano Don Francisco Henríquez, Premio Vasconcelos 2005, Maestro de la Décima y el Soneto. Recomiendo leer su obra “Desde el cósmico umbral de la memoria” (Ed. Deslinde, Madrid, 2020).

Un poeta peruano a quien profeso especial admiración, considerado como uno de los más grandes que haya dado Latinoamérica, es César Abraham Vallejo Mendoza, cuya obra es objeto de estudio a nivel mundial.

«El único ritual de Rosamarina García es buscarse a sí misma, con un lapicero en la mano, bajo el impulso incontrolable de escribir».

Casi siempre comenzamos a escribir desde muy jóvenes. De hecho, se dice que el primer contacto con la literatura lo tienen los niños con la poesía. Nos gustaría saber cómo ocurrió el suyo, para compartirlo con nuestros lectores.

Desde edad muy temprana sentí el impulso de escribir poemas y participar en concursos en el colegio, y ganaba premios, especialmente para el día de la madre. Mi padre en gran manera influyó y coadyuvó a un despertar indescriptible para avizorar y aprehender en mi ser el mundo mágico de la palabra poética, y desde luego, comencé a amar la poesía, y a admirar lo bello de la creación del Universo o Universos de aquí y de allá, en el cielo. Mi padre declamaba, y me enseñó muchos poemas clásicos de la edad de oro de la literatura española, que con facilidad memorizaba.

Muchos escritores tienen ciertos hábitos o rituales a la hora de crear: Virginia Wolf escribía de pie, Víctor Hugo lo hacía desnudo, Dickens se confabulaba con el silencio absoluto de su habitación, se le diagnosticó una obsesión compulsiva con el orden, al punto de no poder concentrarse en la escritura si estaba despeinado, el japonés Murakami se levanta todos los días a las cuatro de la mañana y escribe hasta las diez, por sólo mencionar algunos. ¿Tienes algún ritual a la hora de crear? ¿Escribes en las mañanas, prefieres hacerlo en las tardes o prefiere las horas nocturnas? ¿Escribes a mano o en ordenador, o cuando atraviesas determinado estado de ánimo?

Considero, que el poeta es un ser especial y privilegiado más allá del bien y del mal, cuya personalidad metafísica, plena de energía psíquica, y de profundas raíces cósmicas, según el psicoanálisis literario, posee una alta dosis de sadomasoquismo, y son soberanamente narcisistas. Nos dice Platón en La República: “Los poetas expresan cosas grandes y sabias que ellos mismos no entienden”.

El único ritual de Rosamarina García es buscarse a sí misma, con un lapicero en la mano, bajo el impulso incontrolable de escribir. Al igual que Nietzsche, creo: “El pensamiento llega cuando él quiere, no cuando uno quiere”.  “Los pensamientos que llegan sin ser buscados son los más valiosos, y, por tanto, hay que asegurarlos bien pues rara vez retornan”, dice Locke (1632-1704).

«Escribo porque siento y escucho el llamado de la voz unánime e impositiva, que me obliga a regalarme palabras, regalarme la vida en la escritura, oficio que descarna la memoria».

¿Consideras que se nace escritor o es todo un proceso, un camino a transitar? En su caso, ¿cómo ha sido y por qué escribe?

El poeta como ser humano es un enigma por descifrar, y está sujeto a las leyes de la naturaleza, mas no debemos soslayar que la conducta humana está condicionada por el superyó (Daimoniun) y por las virtudes del Yo Ideal. Creo que se nace poeta, pero hay que descubrir ese regalo de dioses, y alimentar y enriquecer el alma y el espíritu a través de lecturas selectas, donde abunde el arte y la osadía poética.

Horacio (65-8 a.C.) en el Cap. XXIX de Arte Poética nos ilustra la importancia que tiene la poesía como causa para la cultura.

¿Que por qué escribo? Escribo porque siento y escucho el llamado de la voz unánime e impositiva, que me obliga a regalarme palabras, regalarme la vida en la escritura, oficio que descarna la memoria. “El concepto platónico de la poesía como un todo o bien como algo indiviso, lo retomó Nietzsche en el siglo XX. En el Tercer Libro Humano, demasiado Humano confesó la esencia de la Primera Ley de la Creatividad Poética”, Revista Norte N° 427-428 Mayo / Agosto, 2002.

Los premios son un regocijo para quien los recibe. ¿Qué significó para ti ser merecedora de la medalla del Premio Internacional José Vasconcelos, en el año 2010?

Indudable, recibir premios genera un gozo espiritual indescifrable y enaltece la imagen del poeta. El haber sido considerada por el Frente de Afirmación Hispanista A.C. merecedora de la medalla del premio internacional “José Vasconcelos”2010 conlleva una gran alegría y responsabilidad. Puedo afirmar con beneplácito y agradecimiento, que, en la imposición de la medalla a mi persona por el Presidente del Frente de Afirmación Hispanista A.C., me sentí muy feliz y honrada con tan valiosa presea. Noche inolvidable el 12 de octubre 2010, en compañía de grandes poetas de Hispanoamérica.

 ¿Cuál de los libros que has escrito es tu preferido y por qué?

Muy difícil para Rosamarina responder sobre la preferencia por alguno de sus libros. Todos y cada uno de ellos son trozos de Vida y Verso, ocultos en la magia de la palabra poética; ahora mis libros pertenecen a los lectores y están sujetos al veredicto de la historia.

Eros y Tánatos, testigos elocuentes de este peregrinar de Rosamarina, sin tregua, en la metáfora etérea de la Vida.

«Creo en la fuerza sanadora de la palabra. Hay palabras cargadas de luminosidad, que recrean, regeneran, engendran y reengendran energías positivas para fortalecer el espíritu y sanar las heridas del alma».

¿Crees en el poder sanador de la poesía, en su capacidad para influir positivamente en la sociedad?

Creo en el poder curativo de la palabra, pues, tiene peso de Luz penetrando profundidades laberínticas de la psique, sin duda, rompe tensiones generadas por frustraciones, desamor u odio, que son sentimientos destructivos y provocan enfermedades que carcomen alma y mente. Por ejemplo, la producción de células cancerosas y la tensión continúa causada por la invasión de arquetipos oral-traumáticos en los poetas, que Freud denominó “conflictos internos”. La tensión nerviosa está relacionada a desequilibrios muy graves para la salud del cuerpo y del alma.

Creo en la fuerza sanadora de la palabra. Hay palabras cargadas de luminosidad, que recrean, regeneran, engendran y reengendran energías positivas para fortalecer el espíritu y sanar las heridas del alma. Creo en el poder de la palabra para construir, dentro de nosotros mismos, nuestro propio universo, más allá del bien y del mal.

En este mundo de nuevas tecnologías y predominio de lo visual, ¿piensas que la literatura está en crisis, que el libro en formato de papel pudiera desaparecer?

Resulta innegable la importancia de tecnologías de última generación que revolucionan el mundo, como la inteligencia artificial, la realidad virtual, la cadena de bloques, la nanotecnología y otras. Reconocemos que estamos en la Era Digital, con herramientas que permiten comunicarnos de manera instantánea. No por ello se afectará la literatura, y dudo que pudiera desaparecer el libro en formato de papel. Bienvenida toda tecnología de punta, que sirva realmente para bien de la humanidad y no para destruir la Vida ni los valores éticos y morales.

«Os confieso que Sor Juana Inés de la Cruz es mi Maestra de Luz. Copia de copia de su autorretrato, en un lindo marco, la tengo frente a mí cuando escribo en mi computadora».

La vida está llena de sucesos y experiencias. Rosamarina, nos gustaría conocer alguna anécdota inolvidable de su vida literaria para compartirla con nuestros lectores.

Sí, es verdad, la vida que nos toca vivir en un predeterminado tiempo espacio es un acopio de experiencias y vivencias necesarias para ser lo que somos. El universo del poeta es infinitamente desnudo y ancestral, sin brújulas ni relojes, cautivo de sí mismo e impulsado por su Daimoniun.

En cuanto a la anécdota sui generis e inolvidable, es que fui transportada en espíritu al Convento de San Jerónimo, de México DF, y recorrí el templo donde vivió Sor Juana Inés de la Cruz, cuyo recuerdo amo y venero, pues, la considero como la más grande poeta de todos los tiempos. Y cuando tuve la oportunidad de conocer dicho Convento en uno de mis viajes a México, en 2006, ¡oh, sorpresa!, era tal y conforme lo había visto en esa visión maravillosa. Os confieso que Sor Juana Inés de la Cruz es mi Maestra de Luz. Copia de copia de su autorretrato, en un lindo marco, la tengo frente a mí cuando escribo en mi computadora.